martes, 20 de febrero de 2007

El puerto

Acomodado como pudieron dejaron el barco, más para desguace que otra cosa, hace ya un tiempo.

Creo que se trata de una nave uruguaya que lleva 70 años flotando.

A mi me hace acordar a esos objetos débiles que pululan por el mundo: las cosas olvidadas en el cajón de la cocina, unas fotos viejas, latas de productos discontinuados, bicicletas oxidadas.

Todos pronto convertibles en chatarra: una metáfora de estos tiempos. También nosotros somos débiles, muchas veces.

Determinados por la lógica mercantil, los barcos que no son "modernos" deben rumbear al desarmadero.

Pensaba en esto y pensaba en el libro, en la posibilidad de dejar una pequeña huella en la arena del río.

Un libro débil, sin defensas, flotando años entre unas cajas olvidadas.

Si me preguntan: un objeto para conservar.

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