Algunos recuerdos son como reliquias: inmóviles, repetidos, fósiles. Otros son como juguetes, los usamos a nuestro gusto según la ocasión, los rompemos, los reparamos, los acondicionamos, los disecamos, los compartimos.
Hay también recuerdos de cosas que no sucedieron, recuerdos de cosas que sucederán y recuerdos que definitivamente olvidamos, que después de todo para eso estaban ahí.
Hay, sin embargo, el recuerdo de aquella casa de la infancia...
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